Selección e ingesta de nuevos equipos al Dojos
La
selección de equipos adecuados para participar en un programa de Dojo es clave
para el éxito de la experiencia. Es fundamental definir criterios claros para
identificar a aquellos equipos que se beneficiarán más de este tipo de
entrenamiento. Los equipos que mejor aprovechan el Dojo suelen tener ciertas
características:
- Equipo multidisciplinario: El equipo debe
estar compuesto por miembros con diversas habilidades, trabajando de forma
colaborativa. Un equipo ideal de Dojo tiene alrededor de ocho personas, lo
que se conoce como el modelo «dos pizzas».
- Colaboración física: Si es posible, es
importante que los equipos trabajen en un mismo espacio físico. Esto
facilita la comunicación y la integración de los miembros.
- Compromiso de tiempo: Los equipos deben
poder comprometerse al menos seis horas al día durante un período de entre
cuatro y ocho semanas consecutivas, permitiendo una inmersión profunda en
las prácticas ágiles.
- Compromiso con el aprendizaje: Los miembros
deben estar interesados en mejorar sus prácticas, tanto en términos de
tecnología como de enfoque en el producto. Es esencial que todos los
miembros compartan un compromiso con la mejora continua y la adopción de
nuevas metodologías.
Al
iniciar un programa de Dojo, es recomendable comenzar con equipos piloto que
estén motivados y dispuestos a mejorar. Estos equipos iniciales servirán como
ejemplos de éxito, ayudando a generar confianza y entusiasmo dentro de la
organización. Además, es importante detectar agentes de cambio que promuevan
los principios del Dojo, incluso después de que termine la experiencia, para
impulsar la demanda futura en otros equipos.
Una
opción común es usar métricas de rendimiento para evaluar si un equipo está
listo para ingresar al Dojo. Algunas métricas útiles son:
- Velocidad del equipo: Mide la cantidad de
trabajo que un equipo puede completar en un período determinado.
- Frecuencia de despliegue: Indica cuán a
menudo un equipo lanza nuevas versiones o actualizaciones de su producto.
- Tiempo medio de recuperación (MTTR): Mide
cuánto tiempo tarda un equipo en resolver un incidente o restaurar el
servicio después de una interrupción.
Tener una
línea base de estas métricas antes de iniciar el Dojo permite evaluar el
impacto de la experiencia en el rendimiento del equipo a lo largo del tiempo. A
medida que los equipos avanzan, también es importante incorporar métricas
orientadas al valor entregado al cliente o al negocio.
Es
crucial entender que el Dojo no debe ser utilizado como una herramienta para
castigar a los equipos por un bajo desempeño. El Dojo es un espacio para el
aprendizaje y la mejora continua, no para presionar a los equipos a entregar
resultados rápidos. El objetivo no es solo mejorar la entrega, sino también
cambiar la forma de trabajar para que los equipos puedan entregar mejores
productos de manera más rápida y efectiva a largo plazo.
Además,
el Dojo no debe confundirse con las «salas de guerra» (war rooms), que suelen
enfocarse en la ejecución rápida y pueden ser percibidas como una respuesta a
un mal desempeño. En el Dojo, la inversión en tiempo y recursos debe estar
orientada a crear un espacio donde los equipos puedan aprender, reflexionar y
mejorar sus prácticas.
Ciclo
de vida y formato del Dojo
El ciclo
de vida del Dojo es un proceso estructurado que consta de varias etapas:
- Consulta: En esta etapa, se realiza una
reunión breve con el equipo interesado para explicar qué es un Dojo y cómo
puede beneficiar al equipo. Los entrenadores evalúan si pueden cumplir con
los requisitos de formación y los equipos determinan si el Dojo es adecuado
para sus necesidades.
- Acuerdo: En esta fase, se realiza una
reunión más detallada, de medio día, con el equipo y las partes
interesadas. Durante esta reunión, se alinean las expectativas, se
establecen metas, se identifican las métricas clave y se realiza una
evaluación de las habilidades del equipo.
- Experiencia del Dojo: Esta es la fase más
intensiva, donde los entrenadores trabajan directamente con los equipos
durante un período prolongado para alcanzar los objetivos de aprendizaje
establecidos. La duración varía según el tipo de Dojo, pero normalmente
oscila entre cuatro a ocho semanas.
- De vuelta a la «naturaleza»: Después de la
experiencia del Dojo, el equipo regresa a su entorno habitual de trabajo.
Se realiza una encuesta para recopilar su experiencia y aprendizajes. Los
entrenadores realizan un seguimiento durante las siguientes semanas para
asegurarse de que los aprendizajes se apliquen correctamente y para
detectar nuevas oportunidades de mejora.
Formatos
de Dojo
El
formato del Dojo puede adaptarse a diferentes necesidades y limitaciones del
equipo. Algunos formatos comunes incluyen:
- Desafío: En este formato, el equipo aborda
un reto propio, diseñado a medida por ellos mismos. La duración es de
aproximadamente seis semanas, durante las cuales el equipo realiza
hiper-sprints. Al final del desafío, se presenta un evento con líderes y
stakeholders para mostrar los resultados.
- FlashBuild: Este formato se utiliza para
equipos que enfrentan problemas técnicos muy específicos. Su duración es
menor a una semana y se enfoca en soluciones técnicas como la creación de
pipelines de CI/CD o la implementación de nuevas tecnologías. La principal
prioridad en este formato es la resolución de problemas técnicos a corto
plazo.
- Talleres: Estos son eventos de corta
duración, de una o varias horas, en los que se educa a los ingenieros
sobre temas específicos como migración a la nube, implementación de
Kubernetes, seguridad del código, entre otros.
- Talleres de líderes: Son sesiones breves de
inmersión para líderes, donde se combinan actividades prácticas y
conferencias. El objetivo es enseñar a los líderes a comprender los
cambios en las formas de trabajar de los equipos y a apoyar la transición
hacia nuevas metodologías.
Variaciones
del Dojo estándar
Para
equipos distribuidos o situaciones específicas, existen variaciones del formato
Dojo:
- Dojo virtual: Se utiliza cuando los equipos
son remotos o no están localizados en el mismo lugar. El reto principal es
mantener la atención de los participantes durante largas jornadas de
trabajo a través de videoconferencias, por lo que es necesario usar
herramientas colaborativas especializadas.
- Falta de espacio para formación: En algunas
empresas no se dispone de un espacio físico dedicado al Dojo. En estos
casos, se puede optimizar el espacio de trabajo habitual para promover los
principios del Dojo.
- Dojo-in-a-Box: Este formato entrega al
equipo un conjunto de herramientas completas para que trabajen de forma
autónoma. Aunque no hay entrenadores presentes todo el tiempo, se
proporciona el material necesario para que el equipo realice actividades y
desafíos por su cuenta.
- Dos por cuatro: Ideal para equipos
distribuidos, este formato comienza con dos semanas de trabajo presencial,
seguido de cuatro semanas de trabajo remoto. Las dos primeras semanas
permiten al equipo alinearse y fortalecer las relaciones, lo que facilita
la transición al trabajo remoto. Este formato también se puede combinar
con otras opciones, como el Dojo virtual o Dojo-in-a-Box.
Estos
formatos adaptativos permiten que las organizaciones implementen el Dojo según
sus necesidades, garantizando que cada equipo tenga la experiencia de
aprendizaje más adecuada para su contexto.
Puntos destacados
1.
Equipo multidisciplinario: Un equipo ideal para el Dojo debe estar compuesto por personas con
diversas habilidades, que trabajen de manera colaborativa. Este enfoque permite
abordar desafíos desde diferentes perspectivas, enriqueciendo las soluciones
propuestas.
2.
Modelo de las dos pizzas: El Dojo funciona mejor con equipos pequeños, generalmente de unas
ocho personas. Este modelo asegura que el equipo sea lo suficientemente grande
como para abordar problemas complejos, pero pequeño para mantener una
comunicación fluida y eficiente.
3.
Colaboración física:
Si es posible, los equipos deben trabajar en el mismo espacio físico. Esto
facilita la comunicación rápida y la integración, lo cual es clave en un
ambiente ágil donde la interacción constante es crucial para el progreso.
4.
Compromiso de tiempo:
El éxito del Dojo requiere que los equipos se comprometan a un horario
intensivo, dedicando al menos seis horas al día durante un período de entre
cuatro y ocho semanas. Esta inmersión profunda asegura un aprendizaje eficaz y
una integración real de las metodologías ágiles.
5.
Compromiso con el aprendizaje: Los miembros deben estar comprometidos con su desarrollo continuo y
con la adopción de nuevas prácticas. La disposición para aprender y mejorar es
esencial para que los equipos saquen el máximo provecho del Dojo.
6.
Equipos piloto: Comenzar
con equipos motivados y dispuestos a mejorar es crucial para crear ejemplos de
éxito dentro de la organización. Estos equipos iniciales no solo avanzan, sino
que generan confianza en el proceso de cambio.
7.
Métricas clave para evaluar equipos: Las métricas como la velocidad del equipo, la
frecuencia de despliegue y el tiempo medio de recuperación (MTTR) permiten
medir la efectividad de un equipo antes y después de su participación en el
Dojo. Estas métricas ayudan a visualizar el impacto de la experiencia.
8.
Dojo no como herramienta de castigo: Es importante recordar que el Dojo no es un espacio
para presionar a los equipos a obtener resultados rápidos. Su propósito es
promover la mejora continua y la innovación, sin forzar el rendimiento.
9.
Ciclo de vida del Dojo: El ciclo del Dojo incluye varias etapas: consulta, acuerdo,
experiencia intensa de entrenamiento, y el regreso al trabajo habitual con
retroalimentación. Cada fase tiene un propósito específico que guía al equipo
hacia el aprendizaje continuo.
10.
Formatos de Dojo adaptativos: Existen diferentes formatos de Dojo, como el Desafío, FlashBuild y
los Talleres, que se adaptan a las necesidades específicas de los equipos. La
flexibilidad en la metodología permite que el Dojo se ajuste a contextos y
objetivos particulares.
Análisis y reflexión
El Dojo
es una poderosa herramienta de aprendizaje y mejora continua, pero su éxito
depende en gran medida de cómo se seleccionen y preparen los equipos. Un Dojo
bien gestionado no solo incrementa la capacidad técnica del equipo, sino que
también refuerza la cultura organizacional, promoviendo valores como la
colaboración y el compromiso con el aprendizaje constante. Sin embargo, la
clave está en entender que el Dojo no es un espacio de presión, sino uno que
busca transformar el enfoque del equipo hacia la mejora sostenida y el cambio
de mentalidad. Esto implica un cambio cultural profundo que no debe
subestimarse.
Al
reflexionar sobre la estructura y los formatos del Dojo, es esencial reconocer
que no todos los equipos necesitan el mismo enfoque. Los equipos distribuidos,
por ejemplo, requieren métodos adaptativos como el Dojo virtual o el
Dojo-in-a-Box, que permiten mantener la interacción sin perder la calidad del
aprendizaje. Las métricas, por su parte, juegan un papel fundamental en la
medición del éxito, pero no deben ser el único indicador de valor. Es crucial
también considerar los impactos a largo plazo en la dinámica del equipo y su
rendimiento en el negocio.
Aplicación práctica
Para
implementar un Dojo con éxito, primero asegúrate de seleccionar a equipos que
cuenten con un compromiso claro hacia el aprendizaje y la mejora. Define
expectativas claras desde el inicio y establece métricas para evaluar su
progreso. Durante la fase de entrenamiento, fomenta la colaboración constante y
proporciona las herramientas adecuadas para que los equipos puedan aplicar lo
aprendido en su entorno de trabajo habitual. Además, asegúrate de realizar un
seguimiento post-Dojo para consolidar los aprendizajes y detectar oportunidades
de mejora.
Conexión con temas actuales
En el
contexto actual de transformación digital, las empresas están adoptando cada
vez más metodologías ágiles para responder rápidamente a los cambios del
mercado y mejorar la eficiencia. El Dojo, como una práctica de aprendizaje
intensivo, se está convirtiendo en una tendencia clave dentro de la adopción de
tecnologías disruptivas. Equipos ágiles y multifuncionales, impulsados por el
Dojo, pueden enfrentarse mejor a desafíos como la automatización, la
inteligencia artificial y la integración de nuevas herramientas tecnológicas,
todo dentro de un entorno de colaboración y mejora continua.